La higiene tanto personal, en el propio cuerpo, como ambiental, en el entorno inmediato en el que nos desenvolvemos a diario es imprescindible no solo para evitar enfermedades, sino para alcanzar el bienestar psicológico.
Damos aquí a la palabra higiene un sentido amplio, por ejemplo: si tienes muy caótica tu zona de trabajo o estudio, prueba a ordenarla y verás como se afrontan las tareas con otra disposición más serena.